A muchas personas la intensidad de su
malestar les hace creer que su caso particular es especialmente grave y además
prácticamente insoluble, debido a los muchos ensayos infructuosos que han
realizado para alejar de sí esa inseguridad.
En primer lugar, hemos de señalar que no existe ninguna clara
demarcación que señale con precisión el punto en que acaba lo normal y empieza
lo patológico. Es evidente que en sus extremos el dictamen no ofrece dudas,
pero en el inmenso campo que queda en medio de tales extremos hay lugar para
todos los grados, de modo que en muchísimos casos es una cosa muy relativa el
situar un caso en una u otra demarcación.
En
segundo lugar, hemos de precisar que es un hecho reconocido por la mayor
parte de los psiquiatras en general y por la totalidad de los que siguen una
orientación psicoanalítica, que en nuestra sociedad es totalmente imposible no
estar afectado por numerosos problemas interiores, ya que la formación social
que recibimos y a la que hemos de adaptamos obligatoriamente.
AUTORA:SANDRA SANCHEZ SANCHEZ
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