Es provocada
principalmente por la amenaza de que los contenidos fuertemente reprimidos en
el inconsciente –impulsos, sentimientos e ideas irrumpan en la mente
consciente. O bien, por la interpretación excesivamente tendenciosa y negativa
de las situaciones exteriores, debida a la fuerte presión y deformación que
aquellos contenidos reprimidos ejercen de modo constante sobre la mente.
Es así como una
persona puede sentir una constante angustia interior, sin nada exterior que lo
motive o justifique: presión interna de lo reprimido. O bien, puede sentirse
insegura y angustiada ante situaciones que de por sí no tienen apenas
importancia, pero que la persona las vive como si fueran gravemente peligrosas
o insoportables: valoración deformada de la situación por efecto de la presión
ejercida sobre la mente por lo reprimido.
Los impulsos
sexuales, la agresividad y las fuertes ambiciones, por ejemplo, son muy a
menudo contenidos reprimidos en el inconsciente cuya presión por salir al
exterior ocasionan angustia a muchas personas, a aquellas precisamente que
están esforzándose por ser muy castas, muy pacíficas y muy moderadas en su vida
cotidiana. Y la enorme susceptibilidad que muestra el tímido ante una frase o
una actitud más o menos banal de alguien hacia él, es un ejemplo sencillo del
caso.
AUTOR: ANGEL DANIEL GUERRERO BAUTISTA
No hay comentarios:
Publicar un comentario